«La pandemia nos ha enseñado mucho a la sociedad y a nosotros como corporación»

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El año 2020 ha sido particular, sin lugar a dudas la pandemia ha cambiado nuestras rutinas y las formas de relacionarnos. Nuestra Corporación no ha sido ajena a este escenario y ha tenido lógicamente que acomodarse a los nuevos tiempos. Es por esto que conversamos con Sonia Guzmán, que además de cumplir 20 años trabajando en la organización, nos contó sobre los desafíos y cambios que vivió este año trabajando en la casita durante la emergencia sanitaria. 

¿Desde cuándo trabaja usted en la Corporación Nuestro Hogar?

  • Trabajo como administradora de la casita hace algunos años, pero pertenezco a la corporación desde el 1999, soy actualmente la única fundadora que queda.

¿A quién se le ocurrió la idea, por esos años, de crear la casita?

  • Yo soy voluntaria en el Hospital Regional desde los 90 y en esos años le daba agua caliente a los pacientes que lo necesitaban. Cristian Urra, quien ese tiempo era estudiante de enfermería, también hacía voluntariado ahí en el hospital, precisamente en oncología infantil. Entonces él en la práctica descubrió esta necesidad, que había personas que venían de afuera y no tenían donde quedarse. Dormían ahí en las bancas o los pasillos del hospital y era muy desgastador para las familias. Entonces a él le picó este bichito y empezó a invitar personas para apoyarlo. Fue su idea y ahí él recurrió a mí, así que trabajamos dos años arduamente para poder lograr una casa de acogida. Hoy vive y trabaja en Tomé.

¿Cómo funcionaba normalmente la casita antes de la pandemia?

  • Somos cinco voluntarios, porque yo también formo parte del equipo del voluntariado  independiente de mi labor administrativa. Los monitores (voluntarios) vienen en la semana a quedarse a dormir, para hacer acompañamiento a las personas que se hospedan aquí y apoyar en lo que se necesite. A cada monitor le toca un distinto hospedado e intentamos apoyar a las familias en todo ámbito. Las mamás se quedan a veces un día, otras veces semanas y una incluso estuvo un año con nosotros, la señora Anyel de Chile Chico tiene el récord (risas).

¿Fue difícil la decisión de seguir? ¿Cómo funciona la casita actualmente?

  • Existió la posibilidad de cerrar pero decidimos seguir adelante con la labor de la corporación. El problema fue que los voluntarios toman movilización para venir, y varios trabajan con público, por lo que el riesgo era grande. Entonces tomamos la decisión de que una persona debía hacerse cargo y asumí la responsabilidad. Todos los días debía llegar a trabajar así que dije bueno yo puedo quedarme y el directorio tuvo la confianza en mi.

¿Cómo ha sido estar en la casita durante la pandemia?

  • He extrañado mi Nonguén pero ha sido fortificante estar aquí. Tener que desempeñar este papel, hacerse cargo de la casa de acogida 100%, es una tremenda responsabilidad. Suspendimos la venida de monitores  para resguardar su salud y no arriesgar sus labores y familias. Creo que fue la mejor decisión. 

¿Se han quedado mamás en este tiempo?

  • Sí, hemos contado con mamás que se quedan aquí en este periodo ya que sus hijos son pacientes nuevos. Los pacientes del oncológico infantil no han parado de llegar, están partiendo con su enfermedad por lo que tienen que seguir. Solamente se han suspendido algunas revisiones pero los tratamientos siguen igual que siempre. Se suspendió entre comillas porque siguen atendiendo a los niños por videollamada.

¿Cómo evalúa el trabajo de la Corporación en este 2020?

  • Muy bueno, realizamos un excelente manejo y las mamás también se comprometieron. Las mamitas se han cuidado extremadamente para estar disponibles para sus hijos, cumpliendo los protocolos de la casita y los que se están haciendo en general en todos lados. Si se siguen las reglas no tendría que pasar nada y por eso no hemos tenido problemas. Nosotros dijimos al principio de todo, no podemos permitir ni siquiera un contagio y eso todo el mundo lo entiende bien. Ese compromiso nos permite mantener la casa abierta.

¿Hace alguna reflexión sobre lo ocurrido en este año tan particular?

  • La pandemia nos ha enseñado mucho, como sociedad y a nosotros como corporación. En la vida tú tienes que darte la oportunidad de hacer algo por el otro, y con esto nos hemos dado cuenta que todos nos necesitamos mutuamente. Yo encuentro que la casa de acogida ha sido fundamental para mucha gente, nosotros apoyamos con nuestra labor no solo a las mamás sino también a sus familias y al propio hospital recibiendo a sus pacientes. Para mi esto no es solo un trabajo, se necesita compromiso real y tener vocación en lo que se hace. Acá se involucran muchas cosas, eres un poco de trabajadora social, enfermera, psicóloga y a veces mucho más. Gracias al voluntariado en la casita y en el hospital he podido aprender mucho en ese sentido, he aprendido a relacionarme mejor con pacientes y personas en situaciones difíciles. Muchas madres están solas aquí, pero la corporación está ahí para darles apoyo y una contención que para mi es invaluable. 

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