Corporación Nuestro Hogar ha decido dar un paso fundamental, luego de 20 años ininterrumpidos de servicio a los NNA del Biobío y el sur de Chile, la institución ha decidido trasladar sus servicios a una nueva Casita. Un lugar que permitirá tener un lugar propio y fijo para recibir a todos los niños y niñas posibles junto a sus familias en la corporación.
Gracias a las gestiones del directorio, la institución consiguió un importante terreno para cumplir su nuevo propósito. El lugar elegido para el proyecto fue calle Malaquías Concha en Pedro de Valdivia, ya que ofrece un gran espacio y una privilegiada vista al Río Biobío. Ahora, con la idea de una nueva casita y el terreno, sólo quedaba diseñar el proyecto, por lo que la corporación se puso manos a la obra para buscar el conocimiento técnico que pudiera generar el proyecto.
Para llevar a cabo este sueño de una nueva Casita, la corporación se comunicó con la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo. Con esta carrera se generó un convenio y estudiantes de últimos años de arquitectura formularon durante semanas un proyecto para el nuevo hogar de la Corporación Nuestro Hogar.
El viernes 22 de enero, los estudiantes de arquitectura presentaron sus proyectos en una reunión junto al directorio de la Corporación Nuestro Hogar y su equipo de comunicaciones. Fueron seis los proyectos presentados, cada uno con sus particularidades y propia visión sobre el significado de la Casita, que más allá de ser un edificio, es un segundo hogar para las familias que lo habitan durante períodos complejos.
En la reunión estuvieron presentes, además de los seis estudiantes, el Director de carrera de arquitectura Miguel Nazar y el profesor a cargo de los proyectos Pablo Alegría. Cada estudiante tuvo alrededor de 10 minutos para presentar su proyecto, su visión detrás de su propuesta y para mostrar sus diseños para la nueva Casita. La primera en presentar fue Francisca Peña, quien presentó un interesante proyecto con un lenguaje arquitectónico propio. Luego pasó el turno de Karen Alister, quien presentó un diseño donde la luz y la apertura del edificio hacia el exterior se destacan como principales elementos de su propuesta.
Luego Catalina Hernández expuso sobre su propuesta de tomar en cuenta las tres tipos de personas que habitaban la Casita regularmente. Por un lado estaban los niños y niñas que habitaban la residencia de un modo regular, sus madres y padres y los propios funcionarios de la corporación. El diseño además contemplaba un espacio común donde se reunían las familias y existía un «fogón familiar» al que todos llegaban. Después Kevin Palma expuso sobre lo fundamental que era la familia en su proyecto, como pilar estructural de la vida en la Casita. Además, señaló que «es fundamental conectar la casita y su funcionamiento a su entorno natural, donde el cerro y el río toman protagonismo en la vida cotidiana del nuevo hogar».
Finalmente, Mauricio Vega fue el encargado de cerrar las presentaciones hablando sobre su proyecto, el que se centraba en el impacto que genera el cáncer en la familia que habita la casita. Además, en su presentación destacó separar en dos pisos el funcionamiento del edificio, donde la administración y la oficina estarían en el primer piso, y el segundo estaría destinado a las habitaciones. Esto con el objetivo de dar más intimidad y un espacio de recogimiento a las familias que habitan la Casita.
Posterior a todas las presentaciones Claudio Cortés, Presidente de Corporación Nuestro Hogar, habló sobre sus impresiones de las propuestas. Particularmente señaló que “es impresionante todas las cosas que puedes hacer en un terreno determinado”. A su vez, la Jefa de comunicaciones Ferlly Varela comentó que “no es mi área pero me impresionaron los proyectos y me gustaría mezclarlos, un poco de algunos sumarlos al proyecto de otro”. Luego, Miguel Nazar habló detalladamente sobre aspectos importantes que debían modificarse para lograr un proyecto perfecto para la corporación. Para el director de carrera “entre más espacios propios tengan las mamás y papás para la reflexión, es mejor. Deambulen (estudiantes) por los espacios, imaginando qué harán las personas que lo habitarán”, comentó finalmente.
El proyecto ya comenzó y en los próximos días el directorio de la corporación elegirá la mejor alternativa. A su vez, profesores y estudiantes que son parte del convenio, seguirán trabajando para lograr confeccionar el mejor proyecto posible. Es así como un sueño, un antiguo anhelo de las personas al rededor de la corporación, podrá volverse realidad. Una casita propia, para recibir a los NNA de la región y de todo el sur de Chile que requieran tratamientos oncológicos en Concepción.